No les había contado lo que me pasó últimamente, y es que me porté demasiado supersticiosa con eso, comenzaré, como se hace normalmente, por el principio, y les contaré todo como ha sido.Hace unos cuantos meses, en mayo, la maestra con la que estaba de adjunta no fue a la clase (qué novedad) y me habló al celular para decirme que iba a haber una conferencia por parte del periódico Reforma y que, por favor, llevara a los alumnos a la misma. A mí, que me daba hueva dar clase, me cayó de perlas y me los llevé a todos.
Fuimos, entonces, a la conferencia, donde nos explicaron todo acerca de un curso de redacción que se hace cada año en el periódico y nos repartieron unos exámenes y solicitudes. Yo, por no dejar, y para poner el ejemplo, me puse a escribir lo que me habían pedido, a saber: una autobiografía escrita en tercera persona y una nota periodística acerca de la conferencia, además de la consabida hoja de datos. Acabé relativamente rápido, riéndome de los chavos que parecía que estaban escribiendo sus memorias en lugar de una breve autobiografía, y me fui. Tan, tán, no pensé en eso en unos tres meses.
Cuando le conté a mi amigo Alejandro, me dijo que estaba muy bien que hubiera contestado la solicitud, pero que si no me hablaban era porque el periódico estaba pasando por unos cuantos problemas . No me importó demasiado, y seguí mi vida.
A mediados de agosto me llamaron, preguntándome si todavía me interesaba el curso. Como ya se me había olvidado me tomaron por sorpresa, pero logré reponerme a tiempo y decirles que sí, por lo que me tuvieron dando una y mil vueltas. Primero tienes que ir a una entrevista con un periodista de ahí, y hacer un examen de ortografía (dictado) y otro de inglés.
Ya que pasaste ese segundo filtro (el primero es el examen que haces el día de la conferencia) te llaman para entrevistarte otra vez. Ahora es uno de los editores del periódico, y se parece muchísimo a la primera entrevista. Luego tienes que ir a una entrevista en inglés, un poco más sencilla que las otras, a un examen psicométrico y a que te saquen una foto para tu ficha.
Después de toda la faramalla, el grupo de editores se reúne para ir, uno por uno de los aspirantes que quedan a esas alturas (unos 50), considerando quién puede entrar y quién no.
Ese es todo el proceso que pasé, pero, afortunadamente, todo se recorrió para enero. A mí me fue muy bien, porque así puedo acabar mi diplomado (si hubiera sido ahorita hubiera estado un poco presionada, entre el trabajo, la tarea del diplomado, el curso, etc, etc.) Así que mejor que mejor que sea el año que viene, para disfrutar más las fiestas, que ya no tardan en comenzar, además de, obviamente, trabajar en la maldita tesis.
Y bueno, también puedo volver a escribir aquí, en el Pensadero (que Canek ya me extrañaba) y dedicarme un poquito más a bajar de peso, comer bien, y todas esas cosas que no te interesan cuando tienes demasiado trabajo, pero que después repercuten muy seriamente en la salud.
Nos vemos pronto.
Princesa Mestiza
